Después de 5 meses por fin nos decidimos a cambiar de país. Aunque como veréis mas adelante… no por mucho tiempo. Nos volveremos a encontrar India querida.
De la caótica India nos trasladamos en avión hasta Colombo (180 € los dos), capital de Sri Lanka. La visita a la ciudad la dejaremos para la vuelta. Así que nos fuimos directos hasta Kandy, en el centro de la isla y la segunda ciudad más importante después de Colombo.
La primera diferencia con respecto al país que acabábamos de dejar atrás era clara y evidente: limpieza. Ni punto de comparación. Sri Lanka es un país limpio y bastante mejor organizado que su contiguo y con un nivel de vida, en términos generales, más elevado.
Y la cosa se nota, vaya si se nota. Los precios suben considerablemente, aunque esta claro, que si te sabes mover y le das a la sin hueso… todo se torna de color turquesa… el arte del regateo es para nosotros tan habitual y lo hacemos tan sumamente bien (jajaja, que modestos, eh!!!) que hasta conseguimos mejores precios que los mismos autóctonos.
Pues eso, que aquí nos encontramos, dando vueltas por Kandy buscando sitio para aposentar nuestras carnes húmedas y pegajosas por el sudor, cargados con las mochilas y cansados por el traqueteo del viaje.
Como os acabo de comentar somos buenos en el regateo, y ya no nos engañan (o eso nos creemos), aunque a veces les dejamos que hagan la suya, y aceptamos sin más. He de reconocer que en la India nos la metieron alguna vez, pero en Sri Lanka… vamos que como que tienen más coco… jajajaja y se las ingenian mejor.
Poneros en situación: El echo de ser blancos con mochila indica dos cosas: O vas a vienes. Si te vas puedes necesitar taxi por lo que los conductores de autorickshaw (a partir de ahora tuk tuk), no paran de atosigarte. Si por el contrario acabas de llegar.. eres blanco fácil para los comisionistas que engatusan a los viajeros ofreciéndoles una habitación en “su hotel” que al final acaba siendo el hotel del amigo del conocido del vecino de la tia de su hija que estudiaba con el niño del de la barbería…
En fin, no me voy a extender mucho, pero en resumidas cuentas nos “timaron” o mejor dicho lo que empezó siendo una muy buena timada, acabó siendo una muy buena habitación y a un muy buen precio. Así que como es el refrán ese? Quien tima a un timador, tiene cien años de perdón?
Pues ya estaba todo solucionado, lo único que nos faltaba era algo para rellenar el hueco del estomago. Buafff!!!! No veas los pasteles tan buenos y ricos que hacen. En tema de pastelería… un 10. De las tres noches que estuvimos en Kandy, con nosotros hicieron negocio.
De Kandy no os voy a contar gran cosa más porque tenemos que volver en menos de un mes. Dimos varios paseos por la ciudad y fuimos a visitar un templo budista donde tienen guardado un diente de buda… y bien guardado… joer como que no lo vimos… jajaja y eso que la entrada costaba 500 rupias por persona. Total pa na, por que luego no te la pedían en ningún lao. Eso sí el templo muy guapo y con musiquilla en directo, ósea que vale la pena entrar.
Otro día lo perdimos entero en la embajada de la India, rellenando papeles y haciendo colas para conseguir una extensión de visado (para más info consultar el apartado de VISADOS). Y aún y con todo tendríamos que esperar una semana para obtenerlo. Como solo vamos a estar un mes en Sri Lanka y nos queda mucho por ver, decidimos que lo mejor era seguir nuestro viaje y montarnos una ruta circular para acabar volviendo a Kandy, visitar los alrededores y recoger el nuevo visado.
E-mail: unpaseilloporelmundo@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario