sábado, 7 de marzo de 2009

ATRAPADOS: DE MIRISSA A ARUGAM BAY

1 de Marzo del 2009

La verdad es que nos lo tomamos con calma... eran casi las 10:30 cuando nos despedimos de nuestros amigos de Mirissa para coger el que sería nuestro primer autobús de los 5 que nos esperaban, más una noche durmiendo al raso en un control militar en medio de la jungla... Todo para llegar a un pueblecito pesquero de lo costa este, Arugam Bay, paraíso de los surfistas.

El recorrido sería el siguiente: Mirissa- Matara (20 rupias/persona), Matara – Monaragala (165 rupias/persona), Monaragala – Syambalanduwa (50 rupias/persona).

A partir de aquí la cosa se complicaba, pues el ultimo bus a Arugam Bay ya habia salido. Así que tres opciones: Pagar 2000 rupias por un tuk tuk hasta la playa. Pagar 1.500 rupias por unas horas de sueño en un hotel en Syambalanduwa a tomar por culo de la estación de autobuses…
Pero aún nos quedaba una ultima y parecía buena alternativa.
Circulaba un autobús dirección Potuvil cuyo destino final era un pueblucho a unos 30 km de Arugam Bay. Una vez allí resultaría más fácil y barato un tuk tuk hasta la playa. O eso nos pensamos nosotros.



Son apenas las 7 de la tarde y nos acaban de soltar en un control militar (de esos en Sri Lanka hay a porrillos). El autobús ha finalizado aquí su trayecto.



Estamos en vete a saber que pueblo… todo está oscuro. A nuestro alrededor, entre militares y habitantes del pueblo, unas veinte personas observándonos.

La pregunta es: que coño hacemos aquí? (perdón por la expresión).
Intentamos dialogar con la gente pero… ni papa de ingles. Pues que bien… y ahora que?
De repente… lo que faltaba.. un corte de luz general (de esos también hay porrillo en Sri Lanka). Que guay, entre que era de noche y que los autóctonos son mas negros que el tizón… la cosa se ponía, valga la redundancia, negra. Lo único que atinaba a ver era la sonrisa inmaculada de Emilio al ver en la situación en la que nos encontrábamos.
Pero fue unos minutos mas tarde cuando como caído del cielo en forma de ángel se hizo un haz de luz. Era un militar con su linterna que muy amablemente nos habló por fin en un ingles macarrónico, pero medio entendible y nos explicó lo que ya nos temíamos. Estábamos atrapados allí hasta el día siguiente.

-A pues bueno!!! No hay problema.
-Emilio vamos a hacer arrecopio de municiones en ese mini súper que la noche depara ser larga.

Aprovisionados con chocolatinas, pan, un par de plátanos, un yogurt y una coca cola, nos aposentamos en un espacio a unos 3 metros del control militar.
Unos trabajadores que se dedican a descargar la mercancía de los camiones para su posterior inspección nos ofrecieron su grandiosa hospitalidad, dándonos lo único que tenían para dar: un par de cartones que a modo de colchones nos resguardarían un poco de la humedad de la noche.



Una cosa lleva a la otra… sacamos una baraja de cartas… y venga… todo el ejercito y los descargadores jugando.



Poco a poco el sueño fue invadiendo nuestros cuerpos y…

-Piti pití, piti pití…

A las 4.45 suena el reloj de Emilio indicándonos que era hora de levantarse.
Un par de muestras de gratitud a nuestros camaradas y a las 5 nos subimos en el autobús que nos llevó por fin a Arugam Bay.





E-mail: unpaseilloporelmundo@hotmail.com

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